«No hay que preocuparse por los ahorros, están cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos». Esta frase fue, probablemente una de las más repetidas la semana pasada, cuando los títulos de Bankia rozaban una caída del 30% en Bolsa. El FGD cubre por ley hasta 100.000 euros por cuenta corriente si bien, tras la reforma del mismo aprobada el pasado mes de octubre, no sólo debe asegurar los depósitos, sino también asumir el coste de las reestructuraciones futuras.
¿Y hay dinero para todo? El FGD se nutre exclusivamente con las aportaciones que realiza el propio sector financiero con cargo a sus resultados anuales. Actualmente tiene en torno a 2.000 millones de euros, una cifra escasa para cubrir los importantes hitos que marcarán el sistema financiero en el corto plazo: las adjudicaciones de Banco de Valencia y CatalunyaCaixa.
El Ejecutivo negocia actualmente con las entidades que estas anticipen su aportación correspondiente a los próximos ocho ejercicios. Esta medida sería la puntilla para la cuenta de resultados, sobre todo si se tiene en cuenta que las entidades deben afrontar este ejercicio unas mayores provisiones por 82.000 millones.
Por eso, el sector ha solicitado al Ministerio de Economía que se titulice la aportación extraordinaria, de manera que no figure como una mayor pérdida en la cuenta de resultados. La medida supondría un mayor impacto en el volumen de deuda española, por lo que aún está en negociaciones con el Ministerio de Hacienda.
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