jueves, 21 de junio de 2012

MULTADO POR HACER UNA OBRA DE CARIDAD


Una vez más en la que las leyes se ponen contra las buenas personas, mientras que los grandes defraudadores siguen viviendo libremente y disfrutan de su posición social.


Alberto Miret y Paco Moliner se reencuentran con un fuerte abrazo. "Te veo muy bien", le dice Paco, taxista, a Alberto, consultor. "Gracias a ti, eres un figura", responde Alberto. Y recuerdan el viaje con final feliz que ambos protagonizaron el 7 de febrero.

Paco llevó a Alberto en taxi a Barcelona, con un ojo en la carretera y otro en el reloj. Tenían que llegar en menos de tres horas al hospital Vall d'Hebron para que Alberto se sometiera a un trasplante de pulmón. Llegaron, aunque para ello el taxi tuvo que saltarse el límite de velocidad. Ahora, a Paco le reclaman una multa de 100 euros por exceso de velocidad.

"Estaba pendiente de un trasplante de pulmón. En enero perdí una oportunidad por no poder llegar a tiempo. El 7 de febrero me llamaron a las 16.30 del hospital. Tenía que estar allí antes de tres horas. Llamé al 112 para pedir un helicóptero, pero me dijeron que no podía salir porque había mucho viento y se haría de noche en el viaje de vuelta. Pensé en llamar a un taxi, porque era lo más rápido y porque quería ir acompañado de mi mujer y mi hija", cuenta Alberto Miret, de 62 años, consultor de empresas.

"Yo recibí la llamada de la emisora, pero no me explicaron para qué era -cuenta Paco Moliner, de 48 años-. En 21 años de profesión, nunca había hecho un servicio así. Alberto me dijo que teníamos que ir muy rápido y eso hice. Yo iba un poco nervioso por él y también pensaba en la multa que me iban a poner".
La multa

Y la multa llegó un mes después: 100 euros por exceso de velocidad, por circular a 142 kilómetros por hora por la autopista a la altura de Lérida. "Se la llevé al abogado de la cooperativa y me dijo que podía recurrir. Mandamos un recurso, con un certificado del hospital y de la Asociación Provincial de Autotaxi. No me han respondido nada del recurso. Pero me han vuelto a escribir de Tráfico para decirme que pague o me embargarán", cuenta Paco Moliner.

Alberto, que ahora se encuentra muy bien y hace vida normal, se muestra muy agradecido a Paco, al equipo del hospital y a toda la gente que le ha ayudado en este tiempo. En Zaragoza no se realizan trasplantes de pulmón y él podía elegir entre Madrid, Valencia o Barcelona.

"El paciente tiene que poner de su parte, física y mentalmente. Yo estuve preparándome meses antes en un gimnasio. Y después de la operación, enseguida empecé a hacer ejercicio. Me llamaban el correcaminos del hospital", cuenta Alberto. Se llevó un ordenador al hospital y en cuanto pudo retomó el trabajo. Ahora sigue yendo una vez al mes a revisiones a Barcelona, y anima y ayuda a otros pacientes.

Alberto insiste en pagar la multa, pero Paco se niega. Paco quiere que se reconozca el trabajo que hacen los taxistas ocasionalmente en servicios de urgencia. "No somos servicios de urgencias, pero a veces tenemos que llevar a pacientes al hospital. Y nos piden que cumplamos las normas de tráfico. Estamos entre la espada y la pared", afirma este taxista.

Fuente: El Heraldo de Aragón

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