domingo, 15 de julio de 2012

INTRAEMPRENDEDORES


Si tienes en mente una idea que puede mejorar los productos o servicios que ofrece la empresa en la que trabajas e iniciativa para ponerla en marcha, cumples con los requisitos básicos para ser un ‘intraemprendedor’, el nuevo tipo de profesional que desean las organizaciones y cuyo desarrollo fomentan, porque esos proyectos impulsan el cambio desde dentro y reportan beneficios económicos.
Cuánto tiempo dedicas en tu trabajo a pensar en nuevos proyectos? Los empleados de Google disponen del 20% de su jornada laboral para darle la vuelta a nuevas ideas que contribuyan a mejorar los servicios que presta su compañía. Javier Zamorano y José Luis Alcaide, y Gema Perona y Antonio Sánchez también se han tomado su tiempo para pensar: los primeros en Gas Natural Fenosa, y los segundos en Telefónica de España. Los cuatro son intraemprendedores, es decir, profesionales que explotan su talento e innovan con el apoyo de sus organizaciones. Esta práctica es cada vez más común en las empresas españolas, porque se han dado cuenta de que permitir que sus empleados aprovechen su talento es una manera muy saludable de emprender en la que todos salen ganando: las organizaciones aprovechan el potencial de su plantilla y ésta logra un impulso para dar lo mejor de ellos mismos.
Joan Torrent, director de UOC Business School, define el perfil típico de la innovación empresarial como “una persona implicada con los objetivos y la cultura de la organización, que emprende nuevos proyectos de manera informal y aislada. Sólo es cuestión de detectarlos, incentivarlos y dotarlos de estructura para innovar”. Torrent añade que “contar con empleados comprometidos e innovadores es un lujo que las empresas no pueden perder”.
Persiguiendo este objetivo, Gas Natural Fenosa ha diseñado unos galardones que reconocen los proyectos que suponen un cambio en las actividades y negocios del grupo o un proceso de mejora continua en los mismos. Se trata de una iniciativa conjunta de la dirección general de recursos, de la dirección general de comunicación y del gabinete de presidencia. Antonio Gallart, director general de recursos de la multinacional, explica que “la consistencia, orientación a resultados y viabilidad y novedad son los criterios de valoración de estos proyectos. Más de un centenar se han presentado en esta primera convocatoria”. Además de los beneficios intangibles, afirma que los proyectos finalistas reportan unos beneficios económicos, que en esta primera edición se han valorado en 7,4 millones de euros anuales, “un dato que refuerza la importancia de implantar estas ideas”.
Telefónica España también cuenta con distintas iniciativas para fomentar el espíritu emprendedor: Emprendedores, Idealab (para la mejora de la experiencia de clientes) y Óptima (eficiencia). Más de 3.000 personas han participado en estos programas, el 10% de la plantilla de dicha división. Rosa Osorio, gerente de recursos humanos de Telefónica España, señala que “los equipos de emprendedores disfrutan de un 15% de tiempo libre durante los cuatro meses del desarrollo del proyecto y optan a importantes premios”.
Gema Perona, gerente de estudios de negocio en dicha división, es una de estas emprendedoras. Junto con Antonio Sánchez, gestor de proyectos, ha creado un autoservicio de encuestas online para las pequeñas y medianas empresas españolas y así explica el impacto que tendrá esta herramienta en la organización: “Nos orientamos a un segmento muy castigado por la crisis, que tiene necesidad de reorientarse o de reinventarse. Nuestro proyecto supone un avance significativo en la dirección que Telefónica ha tomado desde hace tiempo: convertirnos en aliados de nuestros clientes poniendo a su disposición herramientas que les hagan mejorar”.
Para esta intraemprendedora está siendo una experiencia muy enriquecedora: “Después de ganar el concurso hemos conseguido recursos para ponerlo en marcha y participamos en su desarrollo”.
Osorio señala que “los ganadores de Idealab y Emprendedores reciben un premio en metálico porque entendemos que su esfuerzo merece un reconocimiento. Los 20.000 y los 10.000 euros con los que están dotados van directamente a nómina”. Son el comité de dirección y las unidades de nuevos negocios de cada segmento los que canalizan la implantación de los proyectos preseleccionados, “normalmente apoyados por los directivos que tutorizan el desarrollo de las propuestas finalistas”, aclara Osorio.
Estos incentivos de tipo económico o similares a un concurso son herramientas comunes para sacar a relucir el talento. Las organizaciones los usan para impulsar el desarrollo de diferentes iniciativas. Es el caso de Aviva y su portal de innovación Aport@, cuya misión es generar una fábrica de ideas. A través de este sistema el empleado puede lanzar sus sugerencias para mejorar las distintas áreas de negocio. A cada paso de la cadena de innovación, desde que se lanza la idea hasta que se pone en marcha, le corresponde una cantidad de puntos que se canjean por dinero si el proyecto va superando las distintas etapas. La implantación de la idea, por ejemplo, supone 20 puntos, o lo que es lo mismo, 200 euros.
Algo similar diseñó hace tres años Orange. IdClick es una intranet para que los empleados aporten propuestas. Por cada iniciativa implantada el colaborador recibe puntos que luego cambia por regalos. Hasta el momento han recibido casi 1.400 ideas en España, de las que un 4% llegan a ponerse en marcha. Algunas propuestas completadas son Recomienda Orange, programa de recomendación y asistencia a clientes, familiares y amigos de trabajadores; mejoras en ADSL, como la simplificación de la clave Wi-Fi, o la gestión de desvíos de llamadas desde la web de la compañía.
Pero el fomento del espíritu emprendedor en la empresa no sólo se basa en colocar un buzón de sugerencias. Deben darse diversos factores para explotar todo el potencial. Por un lado, los empleados han de tener iniciativa y libertad para expresarse. Y por otro, la compañía debe comprometerse. Pablo Martín, responsable del área de emprendedores de la Universidad de Navarra, considera que “se requiere crear un entorno amigable con las nuevas ideas, una predisposición de búsqueda de mejora continua, invertir en recursos y confiar en las personas”.

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