La palabra champú deriva del inglés “shampoo”, palabra que comenzó a usarse en 1762 y que originalmente significó “masajear”. El término y el servicio fueron introducidos en Gran Bretaña por Sake Dean Mahomed, un migrante dela India, que abrió en Brighton, en 1759, unos baños de “shampoo” conocidos como Mahomed’s Indian Vapour Baths (Baños Indios de Vapor de Mahoma).
El champú limpia separando el sebo del cabello. El sebo es un aceite segregado por las glándulas sebáceas, a su vez es expulsado al exterior mediante los folículos pilosos (invaginaciones en la dermis). El sebo es fácilmente absorbido por los cabellos formando una película protectora. El sebo protege de daños externos la estructura proteínica del cabello, pero tiene un coste asociado: el sebo tiende a atrapar la suciedad, las escamas del cuero cabelludo (caspa) y los productos que se suelen añadir al cabello (perfumes, gomina, geles, etc.
El mecanismo químico que hace funcionar el champú es el mismo que el del jabón. El cabello sano tiene una superficie hidrofóbica a la que se adhieren los lípidos, pero que repele el agua. La grasa no es arrastrada por el agua, por lo que no se puede lavar el cabello sólo con agua. Cuando se aplica champú al cabello húmedo, es absorbido en la superficie entre el cabello y el sebo.
Ocurre con frecuencia que sentimos comezón en el cuero cabelludo, o que sufrimos de caspa. En forma rápida y barata se pueden combatir estos problemas, con un champú para combatir la caspa hecho en nuestra propia casa.
Sólo necesitamos bicarbonato de sodio… y agua.
Primero te lavarás el pelo como siempre, y luego de enjuagar el champú común, procederás a mojarlo nuevamente.
Luego, un puñadito de bicarbonato de sodio, y lo frotarás en el cabello y en el cuero cabelludo, con movimientos circulares de adentro hacia afuera y, sucesivamente, de afuera hacia adentro. Enjuaga bien con agua abundante, y vuelve a repetir dos o tres veces.
Nunca uses bicarbonato y luego champú regular, siempre hazlo en el orden que aquí te sugiero, es decir, primero el champú regular, y luego el bicarbonato. Siempre enjuaga bien antes de secar el cabello. Puede que los primeros días aparezca como muy reseco, pero el cuero cabelludo no tardará en segregar lubricantes naturales al efecto.
El principio del funcionamiento de este sistema radica en que el bicarbonato de sodio atrapa y elimina la suciedad y el exceso de grasa de su cabello y la piel, arrastrando las células muertas de su cuero cabelludo.
Fuente: Ahorro.net
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