De haberlo sabido antes, me habría ahorrado muchos disgustos. La última vez que me pasó fue en un viaje en avión, todos los polvitos llegaron destrozados. Guardé las cajitas por ser de valor sentimental para mí, pero no tenía esperanzas de volver a darles uso... hasta hace poquito, cuando descubrí que este tipo de percances tienen solución.
Paso 1: Con ayuda de un palito de polo o utensilio similar, debemos juntar todos los restos de polvito dentro del recipiente. Trituramos bien, es decir, si quedaban trozos enteros... los machacamos para convertirlo todo en polvito.
Paso 2: Añadimos al polvito un poco de alcohol y removemos bien, de forma que quede una pasta homogénea y manejable. Debemos mezclar muy bien.
Paso 3: Alisamos bien con el palito hasta que toda la pasta quede correctamente integrada en el recipiente.
Paso 4: A continuación ponemos sobre la pasta (parece que os estoy dando una receta de macarrones, jajaja) un trozo de papel absorbente (papel de cocina de toda la vida), ponemos algo de peso encima para espachurrar bien... y lo dejamos reposar durante unas horas. Cuando quitemos el papel observaremos que el alcohol se ha evaporado y nuestra sombra vuelve a estar completamente reparada ¡Magia!
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