jueves, 19 de julio de 2012

SER MADRE EN TIEMPOS DE CRISIS


Paro, sueldos más bajos, menos contrataciones, ERE, incertidumbre laboral, dificultades para llegar a fin de mes...Mientras las provisiones a los bancos suben, el déficit se mantiene y la prima de riesgo se dispara.

¿Ha entrado el papel de la maternidad en recesión? ¿Hay una reconceptualización de la maternidad en tiempos de crisis? Si. No.

La maternidad, cada vez más, se caracteriza por la tardanza de las mujeres en tener hijos, estando la media de edad en la treintena. De hecho, uno de los temores que hace que las mujeres retrasen su idea de ser madres es la inflexibilidad laboral y el enfoque tradicional de los roles de género en la familia. Además, estas variables se ven agravadas por la inestabilidad de las condiciones económicas actuales, los altos niveles de desempleo para las mujeres, así como la falta de trabajo a tiempo parcial. 

Cada vez es más difícil equilibrar vida familiar y laboral. Cada vez son menos las madres y padres que se atreven a solicitar una excedencia o reducción de la jornada por miedo a peder su empleo. La crisis económica no sólo afecta a nuestros hábitos de consumo y a nuestros bolsillos si no que también ha mermado el uso de los derechos conquistados por los trabajadores durante años de esfuerzo. La crisis ha llegado en el mejor momento para la igualdad laboral y la conciliación familia, cuando más éxitos se han conseguido en estas políticas y cuando se iban a aprobar nuevas leyes. Por este motivo, la percepción de que la crisis ha mermado el ejercicio de ciertos derechos. Por ejemplo, cifras publicadas por la Seguridad Social durante el primer semestre de 2011 manifestaban que las bajas por maternidad descienden en un 2,50% , respecto al mismo periodo de 2012, y las de paternidad en un 1, 45%.

En muchas de las ocasiones la renuncia a estos derechos es auto-impuesta, pues las mujeres temen perder el empleo si lo solicitan. Es decir, el miedo al despido. Quedarse en el paro es un miedo bastante razonable, teniendo en cuenta, que se han destruido millones de empleos y que la únicas contrataciones que se hacen son temporales. Al principio de la crisis, los hombres perdían más trabajos que las mujeres, pero ahora se han equiparado, y mientras unas han sido despedidas, otras, que eran amas de casa y cuyos maridos se han quedado en el paro, están tratando de incorporarse al mercado laboral, tarea que no es nada sencilla.

En todo este contexto de crisis socioeconómica me pregunto: ¿Está en jaque el concepto de maternidad? O por el contrario, ¿la maternidad sigue construida bajo la invariable definición de abnegada ama de casa ejerciendo tareas reproductivas?

Por lo que he leído sobre el tema, sí existen cambios sobre la visión y el sentimiento de maternidad en un contexto de crisis económica. Por ejemplo, muchas mujeres pasan de ser amas de casa a ser administradoras del hogar papel polifacético que va más allá de la figura de ama de casa, "madre multitarea." Siguiendo en esta línea de cambio en la maternidad, hay madres que creen que el cambio más relevante es que ahora son una fuente de ingresos para la familia. Y por tanto, deben de renunciar a una disposición total en la crianza de sus hijos como consecuencia de la crisis. 

Entonces, ¿cómo influye la crisis en el afán por ser una buena madre?


En España no ha cambiado sustancialmente el aspecto psicológico de la maternidad  a lo largo de los años, con independencia de la evolución social, política y económica. En este sentido, las madres españolas difieren de otras madres de los países del sur de Europa, que se ven más aquejadas en su capacidad de ser una "buena" madre con motivo de la crisis económica. Esto que puede parecer escandaloso en los tiempos que corren, no lo es. Yo también creía que una buena mujer, debe ser ante todo una buena madre, y una buena madre “renuncia” a los propios deseos por el bienestar de sus hijos. Debe ser incondicional, altruista, comprensiva. Pero también, y esta es la paradoja, por supuesto, en tiempo de crisis, debe trabajar, progresar, ser una buena profesional y una excelente compañera. Esta subjetividad femenina, que adquiere características de “mujer maravilla” que todo lo puede, que hace diez cosas a la vez, que trabaja doble jornada, dentro y fuera de su casa, es la nueva cara de la maternidad en tiempo de crisis. 


En esta tendencia a la participación laboral y la realización maternal se tejen buena parte de las identificaciones, conflictos, ideales y temores, que se proyectan en la ruptura con la tradicional visión del género en relación con las responsabilidades familiares conyugales y parentales en tiempos de crisis.

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