Un complemento perfecto como relleno
Lógicamente depende mucho lo que podemos hacer del tipo de carne que tenemos y la cantidad que tenemos disponible. En todo caso las recetas que propongo podemos adaptarlas a todo tipo de carnes, ya sea ternera, pollo, cerdo o cordero, por citar cuatro ejemplos. A no ser que nos haya sobrado una cantidad importante, lo más lógico es que no tengamos lo suficiente como para que por sí solo vuelva a ser un plato principal.

Otra alternativa es utilizar la carne que nos hemos traído a casa como relleno en empanadas, quiches u hojaldres. Más que para una empanada grande, para las pequeñas que podemos hacer de forma individual. El cordero es una carne que se adapta muy bien a este relleno, no es la más típica y por eso muchas veces nos puede sorprender, más que el pollo o la ternera.
Y por último tenemos la opción de utilizar la carne como relleno de canelones y lasañas. En el caso de los primeros lo más habitual es que esté picada, lo mejor es trocear la que tenemos disponible en pedacitos muy pequeños, tanto como nos sea posible y tengamos habilidad. Después dependerá un poco de la receta y el tipo de relleno de la misma. En el caso de las lasañas, en alguna ocasión he aprovechado la ternera como relleno, cortada muy fina, como si fuera fiambre y distribuida entre las capas de pasta. El resultado lo cierto es que es muy sabroso. Esta receta también tiene la variante griega, mi favorita, donde cocinamos mousaka, que rellenamos con estas carnes.
Y algo más que carne fría en bocadillos o croquetas
Pero a veces simplemente no nos apetece cocinar, o no tenemos suficiente cantidad para preparar alguno de estos platos. La alternativa más sencilla podría ser utilizar la carne fría como ingrediente de bocadillos, como he comentado antes, cortada muy fina a modo de fiambre. Esto funciona muy bien cuando tenemos lomo de cerdo que hemos preparado a la sal, o con vacío de ternera o roast beef.

Por último tenemos la posibilidad de apostar por la cocina en miniatura y realizar unos entrantes para la comida o una cena a base de tapas. Esta es una opción perfecta, para aprovechar cualquier tipo de carne. La imaginación en este caso no tiene límites, desde un montadito de solomillo ibérico a huevos fritos de codorniz con chistorra, hasta solomillo de cerdo con crocante de alioli de sobrasada, aprovechando algunos restos que tenía por casa. Como habéis podido comprobar, las posibilidades que tenemos son inmensas para reinventar un plato con aquello que no hemos podido acabar en su momento.
Fuente: Ciudadano 0,0
No hay comentarios:
Publicar un comentario